El arte ha iniciado desde épocas inmemorables. Ha sido gran eslabón de avances sociales y hecho marca para la cultura y formación humana.
Desde tiempos muy antiguos, se ha tomado como un modo de expresión y culto.
El arte es reflejo de emociones que rodean al genero humano,
Pero si a un niño ni siquiera le mencionan sobre estos temas, lógicamente no tendrá ni la más mínima noción de estos. No sólo debemos preocuparnos por el desarrollo intelectual de los niños, sino también por su desarrollo emocional y psicológico. Y en muchos casos, practicar alguna expresión del arte, permite que el niño pueda desarrollar en gran manera sus habilidades creativas y expresionistas.
Se ha demostrado científicamente que el estudio de las bellas artes, desde edad temprana, cultiva en el ser humano una sensibilidad que lo lleva ha desarrollar una ética muy sólida en su vida adulta.
No exagero cuando afirmo que si dentro de los planes de estudios, desde el preescolar hasta la universidad, se incorporan materias relacionadas a las bellas artes, formaremos personas con una sensibilidad que les permita elevar el espíritu, así como conocer su yo interno, fuera de dogmas y con un amplio criterio.